Su historia comenzó en Puebla a través
de la amistad de sus padres, que desde jóvenes compartían viajes, mesa y
experiencias. El trato cotidiano y los descubrimientos propios de la edad los
acerco a una linda relación.
¿Y como no es perfecta una relación?,
cuando dos personas descubren en el otro las mismas inquietudes, intensidad y las
primeras experiencias de amor. Hay quien afirma que la primera vez que se ama, nunca
se olvida.
Santiago con sus 19 años comenzaba
a estudiar arquitectura, mientras que Natalia estaba por cumplir 18 y se
encontraba terminando la preparatoria.
Ambos hacían de lo cotidiano algo
extraordinario; la familia y amigos eran
testigos y participes del amor que se tenían, y aunque eran jóvenes, su energía
y sueños alcanzaban a los que los rodeaban.
Pero como cada historia de amor,
esta encontraría su reto a vencer a través de la distancia, misma que resulto del
cambio de domicilio de Natalia por el nuevo trabajo de su padre en Guadalajara.
Era una época donde el celular y
el e-mail eran de ciencia ficción, donde la larga distancia era muy cara y existía
9 horas de carretera entre Puebla y Guadalajara, todo lo anterior, mas la
dependencia que ambos tenían con respecto a sus padres; eran un factores
importantes que complicaban la continuidad de la relación
Natalia y Santiago encontrarían la
forma de seguir en contacto, a través de cartas, llamadas y todos aquellos
medios que encontraban a su alcance. El plan estaba pensado y escrito para
ambos, esta separación solo seria de un año mientras ella terminaba su
preparatoria y pudiera volver a Puebla a estudiar una carrera, y aunque el plan
era aprobado por su padres, tendría un
año largo por delante para llevarse a cabo.
Natalia le prometió a Santiago verlo
en su cumpleaños y el final del año. Sin embargo el padre de Natalia se opuso ya
que la distancia, el dinero y el tiempo complicaban el viaje.
Un día antes del cumpleaños de
Santiago, Natalia le notificó a su novio con impotencia la noticia, mismo que
con inmadurez y enojo arremetió contra ella, haciéndole saber su descontento
por quebrar su promesa, así es que con descontento y reproche la llamada
termino.
Al día siguiente el ego de
Santiago le impidió llamar a su amada, sin embargo con cada hora que pasaba el
sabia en su corazón que algo estaba mal, era demasiado el silencio de ella,
ante la situación.
Una llamada en plena noche rompió
la tranquilidad y alegría de aquel cumpleaños, se trataba de la noticia que afectaría
el porvenir de Santiago, Natalia y sus familias.
Natalia ante la impotencia de no
ver y poder compartir el cumpleaños de su amado Santiago decidió sin permiso de
sus padres emprender el viaje a Puebla. Dispuso el auto, dinero y el regalo que
constaba de una caja donde había un reloj, una foto, un colgajo y una carta.
Sin embargo su viaje no termino
en lo planeado, cerca de Puebla en la autopista cerca de San Martin encontró su
destino en un fatal accidente.
Natalia falleció en una
ambulancia encargando al paramédico avisar a Santiago y pidiéndole entregase su
regalo, mismo que llego a él 16 años después.
Santiago y su padre fueron a
identificar el cuerpo de Natalia, mientras notificaban a la familia de Natalia
lo ocurrido.
Los padres de Natalia acusaron a
Santiago de lo ocurrido, las dos familias ante la desgracia derrumbaron sus
sueños y destruyeron su amistad, durante 16 años no compartieron más la mesa y
las experiencias.
El dolor que un ser humano
lleva adentro acompañado de culpabilidad envenena el cuerpo de cualquiera.
Santiago decidió nunca festejar
un cumpleaños mas, el no haberse despedido de su novia en términos de amor lo
acompaño el resto de su vida, así como la gran presión que ejerció la familia
de Natalia en contra suya. Santiago culpable ante la situación se sentía.
Pero en esta historia, como en
muchas otras solo el perdón trae sanación, desgraciadamente hay ocasiones que
solo lo encontramos cuando vencemos al orgullo o la vida nos trae consigo un
golpe más fuerte para agachar la cabeza y reflexionar.
Después de 16 años la familia de
Natalia reapareció buscando a Santiago, el padre de Natalia enfermo de cáncer terminal
se libero y libero a Santiago de aquella situación que los acompañaba y que ninguno
era responsable, al final Natalia había decidido elegir su camino, así es que
con un abrazo fuerte y un perdón le entrego aquel regalo que ella le preparo.
El día de hoy Jorge partió a
reunirse con su hija, pero lo hizo en paz, si culpa y con perdón, dejando
cerrado su ciclo y encontrando en la tierra un hijo más que orara por el.
Lo que me deja la reflexión siguiente:
No permitamos ir a la cama o
despedirnos con enojo de aquellos a los que amamos, ya que el día de mañana es tan
incierto que no sabemos si lo compartiremos juntos; y por otro lado la culpa y
el resentimiento son los principales causantes de cáncer en nuestro mundo, así
es que sanemos nuestro corazón ofreciendo liberación a los que nos ofenden y
con ello a nosotros mismos.
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