sábado, 24 de agosto de 2013

LA CHICA DE NEGRO



Este muñeco trae garantía; si no te gustan mis besos te devuelvo tu saliva en varias noches, con un extra de caricias, escritura y poesía en tu lencería, y ya de la boda ni hablaríamos jajajajaj, CREO ES BUENA GARANTIA.

Era la noche de un sábado como cualquier otro, hace algunos años ya. Estaba apostado en el bar de un amigo; compartiendo risas, anécdotas y cervezas en la barra mientras que la gente y la música ambientaban el lugar; cuando de repente, entro un grupo de cinco hermosas mujeres despejando el camino hacia su mesa con movimientos felinos, desprendiendo la envidia y mormullos de las otras que las miraban y la admiración de aquellos que pretendían seducirles

Sin embargo, solo una, llamo mi atención, aquella bella mujer, sexy, ojos café, piel blanca, cabello negro,  labios rojos que se dirigía a su mesa con un aire de frescura, libertad y confianza, que enmarcaba su silueta en un ajustado vestido negro corto.

¿El reto? acercarse, ¿el motivo? su belleza.
Imaginaba el acercamiento, mi mente trabajaba en planes y el miedo creaba las limitantes; que difícil es vencer a los temores que te generan resistencias a la hora de tomar una decisión.
Pero al final mientras veía la acción de un mesero en otra mesa, descubrí el  plan ideal.

De un solo golpe me acerque a un mesero, le pedí su mandil, su blog de notas, pluma y su trapo, obviamente con la aceptación de mi amigo el dueño del lugar; disfrazado con las herramientas que describí y mi valor me acerque a aquella hermosa mujer con la mirada sorprendida de mis amigos que vigilarían de principio a fin me proeza:  

Al llegar a su lugar, tome mi trapo, levante la cubeta de los hielos y con el clásico movimiento en círculos limpie la mesa, como Daniel San lo hacia en Karate Kid, mientras me dirigía a ella diciéndole:

 ¿Te hace falta algo?, ¿Qué más te puedo traer?

 Ella: no, nada muchas gracias.

Yo: ¿primera vez que nos visitas?

Ella: no de hecho vengo regularmente con mis amigas

Yo: nunca te había visto

Ella: yo a ti tampoco, eres nuevo trabajando aquí

Yo: no, de hecho yo no trabajo aquí

Ella: jajjaja ¿como es eso?

Yo: pues, la verdad es que tenia que encontrar la forma de acercarme a ti y platicar y no encontré otra que hacerlo disfrazado de mandil

Ella: es en serio

Yo: te lo juro, mi amigo es el dueño y me presto el disfraz

Cabe mencionar que en toda la charla las piernas me temblaban, mi corazón estaba a mil por hora y no deje de limpiar la mesa un segundo, creo que la pulí de hecho jajaja

Yo: es verdad, ¿como te llamas?

Ella: me llamo Alejandra, oye pues si quieres puedes dejar de limpiar jajajjaja

Y así, comencé una de las noches mas linda que he pasado en mi vida y la historia de una bonita relación.

Las mujeres buscan en nosotros aquellos detalles que les sorprendan, momentos diferentes para compartir y presumirlos en la mesa con sus amigas, por que mas allá de lo anecdótico, lo creativo,  o tierno del momento, ellas quieren sentirse amadas, respetadas, entendidas y con las acciones que demuestren el interés real de un hombre mas allá de las palabras y halagos; ante esa situación como hombres si logramos hacerlo seguramente sin importar si, somos o no, guapos o ricos, pobres o feos, disfrutaremos del amor y la presencia de una linda mujer en nuestra vida
   

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