Este muñeco trae garantía; si no te
gustan mis besos te devuelvo tu saliva en varias noches, con un extra de
caricias, escritura y poesía en tu lencería, y ya de la boda ni hablaríamos
jajajajaj, CREO ES BUENA GARANTIA.
Era la noche de un sábado como cualquier otro, hace algunos años ya. Estaba apostado
en el bar de un amigo; compartiendo risas, anécdotas y cervezas en la barra
mientras que la gente y la música ambientaban el lugar; cuando de repente, entro
un grupo de cinco hermosas mujeres despejando el camino hacia su mesa con movimientos
felinos, desprendiendo la envidia y mormullos de las otras que las miraban y la
admiración de aquellos que pretendían seducirles
Sin embargo, solo una, llamo mi atención, aquella bella mujer,
sexy, ojos café, piel blanca, cabello negro, labios rojos que se dirigía a su mesa con un
aire de frescura, libertad y confianza, que enmarcaba su silueta en un ajustado
vestido negro corto.
¿El reto? acercarse, ¿el motivo? su belleza.
Imaginaba el acercamiento, mi mente trabajaba en planes y el miedo creaba las limitantes; que difícil es vencer a los temores que te generan resistencias a la hora de tomar una decisión.
Pero al
final mientras veía la acción de un mesero en otra mesa, descubrí el plan ideal.
De un solo
golpe me acerque a un mesero, le pedí su mandil, su blog de notas, pluma y su trapo,
obviamente con la aceptación de mi amigo el dueño del lugar; disfrazado con las
herramientas que describí y mi valor me acerque a aquella hermosa mujer con la
mirada sorprendida de mis amigos que vigilarían de principio a fin me proeza:
Al llegar a
su lugar, tome mi trapo, levante la cubeta de los hielos y con el clásico movimiento
en círculos limpie la mesa, como Daniel San lo hacia en Karate Kid, mientras me
dirigía a ella diciéndole:
¿Te hace falta algo?, ¿Qué más te puedo traer?
Ella: no, nada muchas gracias.
Yo: ¿primera
vez que nos visitas?
Ella: no de
hecho vengo regularmente con mis amigas
Yo: nunca te
había visto
Ella: yo a
ti tampoco, eres nuevo trabajando aquí
Yo: no, de
hecho yo no trabajo aquí
Ella:
jajjaja ¿como es eso?
Yo: pues, la
verdad es que tenia que encontrar la forma de acercarme a ti y platicar y no encontré
otra que hacerlo disfrazado de mandil
Ella: es en
serio
Yo: te lo
juro, mi amigo es el dueño y me presto el disfraz
Cabe mencionar
que en toda la charla las piernas me temblaban, mi corazón estaba a mil por
hora y no deje de limpiar la mesa un segundo, creo que la pulí de hecho jajaja
Yo: es
verdad, ¿como te llamas?
Ella: me
llamo Alejandra, oye pues si quieres puedes dejar de limpiar jajajjaja
Y así, comencé
una de las noches mas linda que he pasado en mi vida y la historia de una
bonita relación.
Las mujeres
buscan en nosotros aquellos detalles que les sorprendan, momentos diferentes
para compartir y presumirlos en la mesa con sus amigas, por que mas allá de lo anecdótico,
lo creativo, o tierno del momento, ellas
quieren sentirse amadas, respetadas, entendidas y con las acciones que demuestren
el interés real de un hombre mas allá de las palabras y halagos; ante esa situación
como hombres si logramos hacerlo seguramente sin importar si, somos o no,
guapos o ricos, pobres o feos, disfrutaremos del amor y la presencia de una
linda mujer en nuestra vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario