La conocí durante la universidad, 13 años
atrás, en ese momento no fue más que una compañera y aunque después compartimos
café, mesa y amigos, mi mente la bloqueo como algo más, ¡cuéntale tus planes a
Dios y él se reirá de ellos!
Para mi ella era lugar seguro, persona que
no pretendía más que mi compañía, no había que blofear, presumir o actuar bien,
compartíamos pasatiempos e ideas y ahí fue donde las circunstancias, la
situación y la convivencia diaria modifico mi sentir.
Un café y una entrada a comprar ropa cambio
todo, no hubo preámbulo, solo que mientras
ella se probaba los vestidos yo solo podía ver su silueta y belleza, pensaba en
la perfección del momento, en su risa, en su mirada, pensaba en lo que podrían ser
mis días con ella. Desde ahí cada vez que la veía me debatía entre verla como
amiga o intentar algo más, le deje la decisión al tiempo, mientras los que nos
rodeaban apostaban más que nosotros mismos, a que estuviéramos juntos, así la
vida, así los miedos, así las circunstancias.
Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde,
nadie entrega lo que no tiene, nadie ofrece lo que carece y desconoce, así pues
llego el tercero en discordia, aquel que siendo su pareja se alejó, aquel que
regreso a pelear por aquello que era suyo.
Bien dicen que donde hubo amor, cenizas
quedan, así ella lo afronto, decidió verle y hablar.
Me tope con la clásica historia de querer
estar con alguien, ese alguien con otra persona, pero confundida con la situación
y obvio un tercero involucrado con el poder de la historia y acción. Así pues, mientras
consolaba su dolor, aguantándome el mio, decidí no morderme los labios para callar,
decidí evidenciar lo que ella en realidad ya sabia, y no necesariamente en
palabras, si en actos describía.
¿Qué pretendes no saber?, si las rosas tienen firma, la
canción dedicatoria, los besos intención y la historia tu nombre.
La cite para cenar, pase por ella y
prepare mi campo de batalla, así es que ahí estaba yo con las flores en la
mano, la intención en la boca y la perdida en el corazón.
Yo sabia que perdería, sabia que no se
puede competir contra una experiencia previa de amor, aunque al final no haya
sido exitosa, pero soy de los que igualmente se enfrentan, se presentan ante
las peores circunstancias, por que creo que hasta para perder hay que hacerlo
con clase y osadía, es mi forma, es mi vida es mi decisión.
Tuve mi oportunidad, tome sus manos y
corazón por una noche, fue mía un instante, pequeños momentos, pero al menos le
deje en el corazón una probada de lo que juntos pudimos ser.
No hubo trascendencia, ni historia de
amor, no habrá mas rosas, ni canciones, ni café en las mañanas, ni bebidas exóticas,
ni amigos, ni juegos, pero quedara un recuerdo, un momento y una clara
intención.
Escribo esto hoy, porque por diferentes situaciones,
personas están dejando ir buenas posibilidades de vida, esperando o amando a
personas equivocadas, personas que callan sus sentimientos mientras muerden sus
labios, personas que no saben lo que
tienen y lo están perdiendo, personas que no saben las consecuencias de sus
actos, personas que no han descifrado intenciones, o que tal vez la sepan y no
quieran asumirlas. Hay mil posibilidades de éxito o fracaso, pero el único responsable
de ello es aquel que se refleja en tu espejo.
Hoy que me lees quiero decirte que es
mejor ser un extraño que parte en paz a un mentiroso que finge amistad, es
mejor ofrecer lo que se tiene a guardarlo en un cajón, es mejor perder que
suspirar oportunidades imposibles, es mejor dejar avanzar y retirarse, a
quedarse y complicarse. El amor no tiene tiempo, escusas, o caretas, hay que aprender
a valorar la realidad por encima de la fantasía, los hechos por encima de
palabras y la honestidad por encima de la omisión.