lunes, 25 de julio de 2016

CAZADORES POR NATURALEZA Y PRESAS POR DEVOCIÓN.


Muchos de nosotros creemos que con la edad y las experiencias que hemos vivido inevitablemente adquiriremos expertiz en todo aquello que realizamos, y sin bien es cierto que en ocasiones es así, en otras esa afirmación dista mucho de ser verdadera, especialmente cuando de amor se trata, ya que en esta ecuación está involucrada otra persona, otra forma de sentir y de ver la vida, de entender y conceptualizar, de ser y demostrar.

Nosotros los hombres por lo general caminamos seguros y erguidos pensando que dominamos la situación, somos poseedores de la postura, cazadores por naturaleza y presas por devoción, porque la frase “El hombre llega hasta donde una mujer quiere o permite” es verdadera y universal, y en ello hemos encontrado nuestras mayores derrotas, nuestras mayores pasiones y aprendizajes.

Pues bien ahí estaba Martín con un ramo de rosas en mano, una sonrisa pintada en los labios y la esperanza en el corazón, el no tenia mucho si hablamos de lo económico, no era guapo, ni tampoco era el más divertido, de hecho era lo suficientemente aburrido para compartir el cine y la comida, pero, y el gran pero era que siempre estaba dispuesto para ella, en el peor momento, sin escusas, en sus frustraciones y dolores, en sus miedos y enojos; mientras que ella solo era ella, no necesitaba ser mas, al menos para el.

Pero esta historia no habla de amor, habla de ausencias que se notan, y no por la falta de presencia, si no por la posibilidad perdida, por la historia no escrita, por lo que pudieron ser y hoy no son.

Es curioso porque él solo pretendía ser su amigo, diferencia de edad, de cultura y de ser los distanciaba, eso sin decir la historia no escrita, no contada que los unía y separaba a la vez.

Pero las salidas, la convivencia, las historias, los compartir, la risa y los hermosos ojos de Marcela enmarcados en ese acento extranjero y gran belleza a Martin cautivo.

Así pues él le propuso ser algo mas y ella lo evadió, al salir sin las flores y la sonrisa, le pregunte ¿porque lo hiciste, si ya tu sabias su respuesta?, el contesto: "porque en la vida hay que darlo todo,  perder con clase y vencer con osadia, salí sin nada porque todo lo di amigo, todo lo di y eso dejara sin duda un estándar difícil de superar y fácil de valorar."

Muchas veces buscamos algo que no sabemos que es, a veces lo encontramos y no sabíamos que era, pero no se trata solamente de encontrar a la persona adecuada, si no de también de ser la persona adecuada, porque hay amores que entre más te estiras para alcanzarlos, más los alejas con las puntas de los dedos; la clave está en saber hasta dónde es lucha y hasta donde necedad, nadie esta obligado a valorarte, ni mucho menos a amarte, ese es un privilegio que solo tienes tu para ti mismo e importante es saber que las historias sin final feliz son consecuencia de decisiones y responsabilidades compartidas; dos personas decidiendo entregarse, quedarse o rendirse.

Gracias.


“Ofrecer amistad a quien busca amor, es como darle agua al que hambre tiene".