A menudo el mundo no se da cuenta de cuanto dolor puede
dejar un recuerdo, palabras y pensamientos que no se comparten, momentos que pareciera que nadie más pude entender,
ni si quiera los mas cercanos; es ahí cuando piensas que nadie te puede ayudar
a superar esa perdida y la mitad de tu
vida que se va con ella.
Es cuando aquel escalofrió te recorre la piel y el estomago
se contrae, porque sabes que la adversidad te ha alcanzado y la tristeza tocado,
porque sabes que te juzgan como si supieran todo de ti y en cambio no saben
nada.
En ese momento, cuando
más solos nos sentimos, nos acordamos de lo importante que es tener un amigo
con quien poder compartir nuestros pensamientos, sueños, ilusiones, fracasos y
derrotas.
Ya que son personas que comparten nuestros sufrimientos y nos
impulsan hacia adelante, aunque el adelante este lejos de ellos y sin pedir
nada a cambio más que nuestra sonrisa.
Cuando nos sentimos encerrados y todos los reflectores están
dirigidos a nosotros, ellos están dispuestos a arriesgarse para ayudar, aunque
las cosas no salgan como esperaban.
Cuando comparten la misma pasión y ponemos el corazón en las
cosas que creemos, con ellos no importa
si estamos luchando por el partido de la vida o por una prueba más, ya que lo
que importante es hacerlo juntos
Tal vez no exista forma de agradecer o tal vez todos
nuestros sentimientos quepan en dos palabras
GRACIAS AMIGO